Una escara, también conocido como ulcera o llaga, es una infección, producida en pacientes que se ven en la necesidad de permanecer largos periodos de tiempo en cama y no tienen la posibilidad de tener una correcta posición para aligerar la presión de una zona del cuerpo en particular. De una manera más específica, las escaras son costras de color oscuro, que se origina debido a la perdida de vitalidad de un área viva afectada de gangrena, o grandemente afectada por la fricción o el roce.
Tipos de tratamientos
Apósitos
Algunos apósitos y vendas especiales, diseñadas para proteger ulceras por presión y acelerar el proceso de curación.
Algunos ejemplos de este tipo de productos son:
- Hidrocaloides: apósitos que contienen un gel especial que favorece el crecimiento de nuevas células cutáneas en la ulcera mientras que se mantiene seca la piel sana de la zona.
- Alginatos: apósitos elaborados con algas marinas que contienen sodio y calcio y que han demostrado acelerar el proceso de curación.
Preparados tópicos
Los preparados tópicos como las cremas o pomadas pueden utilizarse para acelerar el proceso de curación a la vez que previenen un mayor daño cutáneo. Un tipo de productos químicos conocidos como depuradores de radicales libres del oxígeno, pueden utilizarse para prevenir el daño celular a nivel genético.
Antibióticos
Si un paciente sufre de escaras puede recibir antibióticos para prevenir la infección bacteriana y, como precaución, prevenir también el desarrollo de una infección secundaria.
La pomada antiséptica puede aplicarse también directamente en las escaras para limpiarlas de cualquier bacteria presente.
Nutrición
Algunos suplementos dietéticos como las proteínas, el zinc y la vitamina C han demostrado acelerar la curación de heridas. Si su dieta carece de estas vitaminas y minerales su piel puede resultar vulnerable al desarrollo de ulceras por presión.
Como consecuencia, puede ser derivado a un dietista para que elabore un plan nutricional adecuado.
Desbridamiento
En algunos casos puede ser necesario retirar el tejido necrosado de la ulcera para estimular el proceso de curación. Esto se conoce como desbridamiento.
Si hay una pequeña parte del tejido muerto, es posible retirarlo mediante el uso de apósitos y cremas especiales.
Las cantidades abundantes de tejido muerto, es posible retirarlo mediante el uso de apósitos y cremas especiales.
Las cantidades abundantes de tejido muerto se pueden retirar con medios mecánicos. Algunos de las técnicas de desbridamiento son:
- Limpieza e irrigación por presión: en la que el tejido necrosado se retira con agua a presión.
- Ultrasonido: en la que el tejido muerto se retira con ondas de energía a baja frecuencia.
- Laser: en la que el tejido muerto se retira con rayos de luz concentrada.
Cirugía
A veces no es posible sanar una ulcera de tercer o cuarto grado y se hace necesaria cirugía para sella la herida y prevenir más daños en el tejido.
Una técnica quirúrgica utilizada comúnmente para el tratamiento de escaras se denomina reemplazo por injerto (a veces llamado también reconstrucción por injerto). En esta técnica, el cirujano utiliza un bisturí para desbridar la ulcera de tejido necrosado. Se toma un injerto de piel y musculo de otra parte del cuerpo y se utiliza para sellar la ulcera.
La cirugía con injertos es de por si complicada y puede plantear muchas dificultades por el hecho de que los pacientes que la necesitan ya están en riesgo hay un gran número de posibles complicaciones que pueden resultar de la cirugía, entre las que se encuentran:
- Infección
- Muerte del tejido en el injerto
- Debilidad muscular
- Ampollas
- Reaparición de las escaras
- Infección sanguínea
- Hemorragia interna
- Absceso
- Trombosis venoso profunda
A pesar del alto riesgo de sufrir complicaciones, la cirugía es una necesidad clínica frecuente para prevenir los afectos de las escaras que supongan una amenaza para la vida, como septicemia o gangrena.
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